UNIÓN NACIONAL DE TODOS LOS ESPAÑOLES CONTRA LOS INVASORES DE NUESTRA PATRIA/José Diaz
UNIÓN NACIONAL DE TODOS LOS ESPAÑOLES CONTRA LOS INVASORES DE NUESTRA PATRIA/José Diaz:

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El pueblo de España combate, en esta guerra, por su independencia nacional y por la defensa de la República democrática. Combate para echar del suelo de nuestra patria a los bárbaros invasores alemanes e italianos, combate porque no quiere que España sea transformada en una colonia del fascismo, combate para que España no sea fascista. Combate por la libertad, en defensa del régimen democrático y republicano, que es el régimen legal de nuestro país y que permite los progresos sociales más amplios.
El error consiste en olvidar el carácter internacional de nuestra lucha, que es una lucha contra el fascismo, es decir, contra la parte más reaccionaria del capitalismo, contra los provocadores de una nueva terrible guerra mundial, contra los enemigos de la paz, contra los enemigos de la libertad de los pueblos. Sabemos muy bien que los agresores fascistas encuentran en cada país grupos de burguesía que los apoyan, como hacen los conservadores ingleses y los derechistas en Francia; pero la agresión del fascismo se desarrolla de tal manera, que el interés nacional mismo, en un país como Francia, por ejemplo, debe convencer a todos los hombres que quieren la libertad y la independencia de su país de la necesidad de oponerse a esta agresión, y no existe hoy otra manera más eficaz de oponerse a ella que la de ayudar concrétamente al pueblo de España. Todo francés honrado puede y debe comprender hoy que en España se lucha también por la independencia de Francia, y que quizá se decide la suerte de Francia en los campos de Aragón.
Un Gobierno auténticamente nacional
El carácter nacional de la lucha ha permitido la creación de este Gobierno, que es un Gobierno verdaderamente nacional, que debe hacer y ganar la guerra. Pero, al mismo tiempo que hace la guerra, este Gobierno se preocupa de la defensa de los intereses de los obreros, de los campesinos, de la pequeña burguesía, de los intelectuales, de todos los hombres de ciencia, de todos los que quieren cooperar a la creación de una España grande y feliz, respetada en el mundo. De una España en la que cesen las persecuciones de toda índole, en la que exista una verdadera democracia, en la que puedan caber todos los españoles honrados de verdad, cualquiera que sea su credo político o su creencia religiosa.
Este Gobierno es también nacional porque ha sabido comprender los problemas de las nacionalidades oprimidas, porque ha sabido conceder y respetar los derechos de los pueblos de Cataluña y Euskadi y porque reconocerá esa misma personalidad histórica a Galicia, apenas ésta se vea libertada de las garras del fascismo. Porque es un Gobierno que no tiene afanes imperialistas, sino que quiere extender su régimen democrático a los pueblos coloniales, que, como Marruecos, son hoy víctimas de los engaños y traiciones de Franco y sus satélites, que los obligan a luchar contra nosotros por el terror.
Es un Gobierno nacional, porque, hoy más que nunca, los intereses económicos, políticos y sociales de Cataluña, de Euskadi y de otras nacionalidades, se identifican y se complementan. Porque todos sabemos que el fascismo quiere clavar su bota sangrienta sobre todos los pueblos de España, de Castilla, de Cataluña, de Euskadi. Y que una victoria o una derrota en cualquiera de los frentes repercute sobre todo el territorio del país y decide en su conjunto la suerte de la guerra.
Este Gobierno nacional y esta voluntad nacional son los que nos darán la victoria. Pero este Gobierno nos dará la victoria si todas las fuerzas del país se colocan disciplinadamente bajo su dirección. Es necesario que todos acaten las decisiones de los órganos emanados del Gobierno, y que se acabe con toda esa pléyade de Comités y organismos que se arrogan poderes por sí y ante sí.
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