De presidentes y reyecitos
De presidentes y reyecitos:

Estas Navidades están siendo muy moviditas en Catalunya. Los acontecimientos invitan a realizar este artículo. A estas horas, la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, junto con políticos y representantes de entidades y asociaciones, conmemoran la muerte del 122 Presidente de la Generalitat de Catalunya, Francesc Macià i Llussà, el estimado presidente llamado “El Abuelo” por su pueblo. Honrarlo en estos tiempos que corren es especial puesto que “El Abuelo”, que se considera el abuelo de todos en la acepción más estricta del término del parentesco por el cariño que le tenían y le tienen los catalanes, falleció de muerte natural tal día como hoy. Proclamó la República Catalana, cosa que causó gran revuelo en tierras mesetarias. Se alió con Lluis Companys para fundar Esquerra Republicana de Catalunya, cuyos preceptos eran independentismo y República. A su muerte, lo sucedió Companys, que como ya sabemos fue preso en el castillo de Montjuïc, condenado a muerte por un tribunal militar franquista y vilmente asesinado. Habían matado no sólo a un ministro republicano, también a un presidente de la Generalitat, electo por los catalanes.

Heredero del franquismo, Juan Carlos I se coló por la gatera del gallego y su continuidad fue asegurada por la Constitución que sí fue sometida a voto del pueblo. Los republicanos votaron en contra de ella precisamente por el rey y los independentistas también, por motivos comprensibles, pero habían ansias de democracia y aprobar la Constitución comportó pagar el peaje real. Lo que parece no entender Felipe uve palito es que, si quiere dejar de ser considerado sucesor del franquismo y digno rey de un pueblo en democracia donde se alzan voces republicanas, es imperiosa la necesidad de someter la monarquía a referéndum. Aunque claro, vista la alergia a los referéndums que se prodiga, más valdrá poner pies en polvorosa.




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